ABN- Historia de los artesanos del metal haitianos
Haití es conocido mundialmente por su arte único en tambores de acero. Los artesanos recolectan estos tambores industriales recuperados para crear hermosas obras de arte. Primero, el artista retira ambos extremos redondos del tambor y llena el cilindro con paja y hojas secas de plátano o caña de azúcar. Le prende fuego para quemar la pintura o los residuos del interior del cilindro. Una vez que el metal se enfría, se corta y se aplana hasta formar un "lienzo metálico".
Con tiza se dibuja el diseño sobre la chapa. Utilizando un martillo, un cincel y varias otras herramientas básicas, se le da forma al metal y se graban varios patrones decorativos en el metal, creando una pieza de arte reciclado única y preciada. La creatividad de los artesanos se inspira en temas familiares de la vida isleña, como el mar y la religión. Sobre el metal repujado se aplican colores, capas y acabados, finalmente la pieza es firmada por el artesano.

Esta particular forma de arte nació en Haití a principios de la década de 1950 por un simple herrero, Georges Liautaud. En su pequeño taller fabricaba y reparaba herramientas y creaba cruces de metal para las tumbas del cementerio de Croix-des-Bouquets. Fue gracias al estímulo de un profesor estadounidense, DeWitt Peters, que en 1944 abrió el Centro de Arte en Puerto Príncipe, que Georges Liautaud se expandió hacia la creación de esculturas decorativas en metal. Algunos hombres talentosos fueron aprendices de él, y esta tradición ha continuado. Un artista del metal en particular tendrá asistentes que, a medida que maduren en el arte, se diversificarán y comenzarán a expresarse con sus propios diseños. En los últimos años, los tambores de metal están siendo reemplazados por tambores de plástico y la disponibilidad de chatarra para estas hermosas obras de arte está disminuyendo.
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